El modo de vida y misión de las Franciscanas Misioneras de María se construye en la fe.
Comienza con la escucha de una llamada personal a seguir más de cerca a Jesucristo.
En el discernimiento de esta llamada, va cristalizando en nosotras una decisión que nos compromete por entero.
María, Francisco de Asís y María de la Pasión, son figuras inspiradoras de nuestros comienzos y de nuestro recorrido.
Madurando humana y espiritualmente por las experiencias que nos toca vivir, descubriendo en ellas nuestras riquezas y limitaciones y a través de tensiones, fracasos y progresos, iluminadas y acompañadas por la Palabra de Dios y de la Iglesia, por la fe de otros creyentes y de otras hermanas, Dios nos hace crecer en la verdad y en amor.
Por la oración, comunitaria y personal, por la Adoración Eucarística que es una de las señas de nuestra identidad, nuestra vida se va unificando, liberando y expresando una disponibilidad real y gozosa.