Tener una marca corporativa propia se convirtió para nosotras en toda una aventura y finalmente ha resultado ser una Buena Noticia. Hemos aprendido lo esencial de tener marca propia. Detrás de ella se esconden encuentros, reflexiones, percepciones acerca de nuestra propia identidad y de cómo deseamos ser vistas y reconocidas por otros.
El fruto ha sido el logo que podéis ver en la imagen. Un logo circular, en movimiento, cuya pregnancia permite entrever la cruz, símbolo de los cristianos. El movimiento dice de nuestro deseo de encuentro, de ir al prójimo, de salir de nosotras mismas, de ponernos en camino, en misión…
El color fucsia se atribuye a la compasión y ayuda al prójimo tan presentes en nuestra espiritualidad franciscana y en el modo como queremos situarnos ante los hermanos.
La fuente del texto que da nombre a nuestra Institución también es bastante redondita como el propio logo, subrayando ese movimiento circular que da forma a la imagen corporativa.
El conjunto nos parece bello, moderno, vistoso, alegre. Especialmente, nos sentimos satisfechas del nacimiento, de la creación de esta imagen visual que habla de un modo nuevo de nuestros valores y de nuestra identidad.